Hay lugares que cuentan una historia de heridas y lugares que, gracias al coraje de las personas, aprenden a contar una nueva. La Masseria Antonio Ferraioli, que en su día fue símbolo de ilegalidad, hoy es una tierra que renace: 120 000 metros cuadrados devueltos a la comunidad, transformados en un laboratorio de vida, dignidad y futuro. Aquí, en Afragola, cada árbol plantado es más que un gesto medioambiental. Es un acto de esperanza. Es un sí a la belleza, a la participación, a la posibilidad de empezar de nuevo. Es una invitación a volver a cuidar lo que es de todos. En este espacio compartido, las familias cultivan huertos, las abejas encuentran un hogar, los niños aprenden de la tierra y las personas vulnerables encuentran una oportunidad para recomponer las piezas de su historia. Junto a Treedom y la asociación Sott’n’Coppa, que lleva años sembrando justicia y conciencia, queremos contribuir al crecimiento de un lugar que une, que incluye, que cura. Los árboles de nuestro bosque nacen aquí: entre manos que trabajan, historias que cambian y una comunidad que elige cada día el camino de la legalidad y el cuidado. Crecerán nuevas raíces, raíces fuertes, raíces que hablan de un futuro más verde —y más humano— para todos.